"La historia es duración. No vale el grito aislado, por muy largo que sea su eco; vale la prédica constante, continua, persistente. No vale la idea perfecta, absoluta, abstracta, indiferente a los hechos, a la realidad cambiante y móvil; vale la idea germinal, concreta, dialéctica, operante, rica en potencia y capaz de movimiento".
José Carlos Mariátegui
--> SOBRE LA COLUMNA IZQUIERDA RECORRE LOS ALTERMEDIOS, CONOCE LO QUE NO APARECE EN LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN.<--

JORGE RAFAEL VIDELA, JUZGADO POR PRIMERA VEZ DESDE EL PROCESO A LOS EX COMANDANTES

















Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y el resto de los acusados escucharon ayer los cargos en su contra.

Gracias a las Madres, a las Abuelas, a los HIJOS, a los Organismos de Derechos Humanos y a una gran cantidad de dirigentes  políticos y sociales, de religiosos y laicos,  de militantes y ciudadanos comunes,  que lucharon con claridad y perseverancia, hoy están siendo Juzgados. La decisión política  de un gobierno está completando el proceso de Justicia y Castigo a los Culpables. 
Hay otro espacio, que para algunos es de existencia dudosa, pero que si existe va a terminar con una condena absoluta, y los está esperando:





Los espectros

No los veo en sus sillones.
Ni en sus casas cómodas y lujosas,
descansando y rodeados de nietos.
Tampoco en sus encierros privilegiados,
donde sus carceleros
los tratan de Señor, Coronel o mí General
Ni siquiera en sus entierros pomposos pero anónimos,
a falta de la Honra Oficial que tanto
ansían sus viudas, hijos y camaradas.

 No los veo orgullosos y soberbios,
dueños de la vida y la muerte,
yendo a la batalla ocultos y en banda,
contra algunos, solos e indefensos.
Tampoco los veo llevando a su casa,
 a compartir con los suyos lo producido por el otro,
 robando  enceres domésticos, plata,
o …..niños.
Disfrutando perversamente,
repartiendo complicidad e inmoralidad
a su propia prole.

No, así no los veo.

Los veo haciendo fila
como cuando tocaba a diana
y tenían que formarse.
Pero no en esa fila  de hombro con hombro,
con la mirada necia detrás de aquella
de sumisión que les aseguraba el ascenso

Están en una sola fila, uno detrás del otro,
como haciendo cola, esperando su turno.
Espectros que caminan con la mano
sobre el hombro del de adelante.
Como alguien que no puede o no quiere ver el camino.

Están aterrados.

Babosos en su último deterioro,
con olor a orín y  olor a miedo.
Saben que por más que un oído decimonónico
se excite con sus relatos de picanas y violaciones,
NADIE los va a perdonar.

Sufren ellos y sus familias, desde hace rato
la certeza de este último momento,
donde el intimo engaño del deber cumplido
se despeja y se enfrenta con la Verdad,
esa a la que dicen servir.,
esa que les pide cuenta,
que les va a preguntar :

¿Por qué robaste?
¿Por que mentiste?
¿Por qué violaste?
¿Por qué torturaste y mataste?

No, no son pobres viejos.
No vemos pobres viejos.

Ernesto Mario Nicolay



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